En 1982, cuando prácticamente no existían los campamentos, un grupo de jóvenes de la Iglesia Cristiana Evangélica de Ciudad Real decidieron acampar por unos días y, como no eran muchos, invitaron a amigos de la iglesia Cristiana Evangélica de Alcázar de San Juan y de Tomelloso.
La idea era pasar tiempo juntos, alrededor de la Palabra de Dios y conociéndose mejor.
Ahora los jóvenes, adolescentes y niños que vienen a los campamentos, no son sólo de parte de las iglesias de Castilla La-Mancha, sino de toda la zona centro y del resto de España.